UN GRITO SILENTE
Instalación sonora, Bilbao, España (2024)
Un grito silente es una instalación sonora site-specific que utiliza el feedback como eje central. El feedback implica el retorno de energía o información de la salida a la entrada de un sistema, creando dinámicas de interrelación e interacción que, en este caso, se experimentan a través del cuerpo y del sonido, resonando de forma envolvente en todo el espacio arquitectónico. La instalación se inspira en los conceptos biológicos de autopoiesis y simpoiesis, estableciendo una metáfora entre la retroalimentación electroacústica y la autogeneración de sistemas y entornos vivos.
La instalación atraviesa y tensa el espacio arquitectónico mediante tres cables de acero que irrumpen desde la esquina superior hasta la esquina inferior opuesta. Las tensiones, dispuestas en paralelo, se unen en el centro mediante una sutil pieza que las pone en relación y, por tanto, en continua afección. La sonoridad de la instalación está mediada por la afinación de las cuerdas -mediante clavijas de afinación de bajos- y el movimiento de un transductor dispuesto en un mecanismo automatizado que, al tensar las cuerdas, induce un ciclo recursivo que produce vibraciones llanando el espacio con una sonoridad retumbante, sobrecogedora y rítmica. La tenue iluminación azul, que dificulta la visión, acentúa la sensación de escucha priorizándola y realzándola enfáticamente.